La Posada de León de Oro se ubica en Cava Baja, una calle animada y atmosférica de Madrid, donde las antiguas posadas han evolucionado hacia bares y restaurantes. Este establecimiento es un hotel de ciudad moderno, limpio y con un personal amigable, rodeado de un entorno vibrante y de una atmósfera única de este antiguo hostal del siglo XIX, que mantiene todo el encanto y el gusto de sus origines.
En su afán por mantener el sabor castizo y tradicional de Madrid sin renunciar a las ventajas de las nuevas tecnologías, han convertido este antiguo edificio del siglo XIX en un hotel boutique de diseño singular. Muestra de ello es su fachada desalineada, que sobresale más de medio metro por encima del resto de las edificaciones. Finalmente, la Posada del León de Oro no sólo ofrece una ubicación inmejorable en uno de los barrios más céntricos de Madrid, sino que además, está situado a pocos metros de las áreas comerciales más conocidas, muy cerca de la Puerta del Sol y de la Plaza Mayor.
Las habitaciones dobles exteriores, amplias y luminosas, están orientadas hacia la calle Cava Baja, desde las que se pueden disfrutar las maravillosas vistas de los tejados del vecindario. Cada habitación está equipada con un moderno baño, un sistema independiente de control climático que permite adaptar la temperatura a tu gusto, calefacción por suelo radiante, colchones y almohadas viscoelásticas, minibar, secador de pelo, caja fuerte y una televisión LCD de 40”.
En cuanto a la gastronomía, el disfrute es asegurado con la “cocido Madrileño”, un guiso de garbanzos que se cocina con todo el cariño que las abuelas de la zona pusieron para su familia. Además, la Enotaberna aún conserva el cocido, aunque el bacon, la carne y las verduras cobran un importante protagonismo en la composición final del plato. No sólo la comida se convierte en un deleite para los sentidos, el efficaz personal del Posada del León de Oro Boutique hotel Madrid está siempre dispuesto a ofrecerte consejos sobre los mejores lugares para comer en la zona y actividades para hacer. Por supuesto, una visita al cercano monumento emblemático de la ciudad, el Palacio Real, a tan solo un cuarto de hora andando, no puede faltar.